Atrapado en la burbuja


Desde que nací a la luz de mi propia alma, muchos años después de haber nacido en este mundo, sólo he conocido dos estados por los que he ido alternando existencia.

La mayor parte del tiempo ando en aquella famosa sala llena de gente en la que gritas y gritas y nadie te oye, con las defensas destruidas y el ánimo presto a mostrar la verdad que se esconde tras mi mirada profunda y melancólica (a veces alcohólica). Es cuando no le importas un rábano a nadie, cuando estás tan pegado a la tierra que hasta el aire te pisotea ninguneandote. Ser consciente de que no vales tanto como creías, que no mereces tanto como suponías y que tu mala estrella, a pesar de todo, goza de una salud envidiable la maldita….

Y un dia cualquiera, sin pretenderlo casi, me encierra una burbuja que me libra de morir aplastado a ras del fango, que me eleva, me saca del atolladero y me devuelve a mi sitio, a mi propio planeta, con mis estrellas y luceros rodeado de serena paz. Pero no todo es alegría, no todo es bucólico y afable porque dentro de la burbuja… estoy solo, sigo solo y lo peor es que mis gritos no traspasan sus paredes, no llegan a ningún lado salvo de vuelta a mi, que harto de berrear en vano hago voto de silencio y promesa de estoica resignación.

Protegido por una burbuja que me aisla de todo y todos o invisible para la mayoria. Tangible para quien me ignora o inalcanzable para quien no… y asi discurren los años. Hoy no pido seguir creyendo que algo pasará, hoy encargaré una ración de sentido común a ver si aceptando que soy un capullo integral me termino de convencer que el mundo no tiene tantos colores como imaginaba y me puedo diluir al fin entre la multitud. Ser uno más.. quizá no sea tan malo! A fin de cuentas hay millones de personas que viven a medias y sonríen casi a diario…!